DIARIO EL MATERO, En los últimos años los casos de personas que son usadas como mulas por el narcotráfico para llevar e introducir narcóticos desde y hacia la República Dominicana, por el aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA) se ha reducido considerablemente.
Movidos por ofertas atractivas, dominicanos y extranjeros son reclutados por narcotraficantes en la peligrosa travesía de ser “mulas” a cambio de jugosas sumas de dinero.
Cada joven reclutado según los detalles, recibe entre 800 y 1,000 dólares por viaje, además de cubrirles los gastos del pago de tickets aéreos, hotel donde se hospedará en el exterior y su alimentación durante una o varias semanas, que deben pernoctar en contacto con los narcos.
El oficio, sin embargo, en los últimos años ha ido en decadencia, de acuerdo con las estadísticas proporcionadas por la Dirección Nacional de Control de Drogas, (DNCD). Durante el periodo marzo a octubre de este año 2019 solo han sido arrestadas en el aeropuerto Las Américas 17 personas, utilizadas para este fin.
El pasado año 2018, según datos obtenidos en el AILA, fueron apresados 22 mulas intentando llevar e introducir estupefacientes al país. Es decir que desde el pasado año se viene registrando una tendencia a la baja en esa práctica.
Estos viajeros han sido apresados con drogas en el estómago y ocultas en otras partes del cuerpo. De los 17 detenidos este año 12 corresponden a hombres y cinco mujeres, y tienen edades entre 26 y 29 años.
De acuerdos con los datos, las personas utilizadas como “mulas” antes de su entrada de lleno al oficio reciben previamente un entrenamiento de cómo transportar la droga y el comportamiento que deben exhibir ante las autoridades a su llegada a los aeropuertos de embarque y desembarque.
En las conversaciones telefónicas entre los reclutadores y los jóvenes seleccionados como “mulas” se utilizaba una jerga de palabras (códigos) para evitar ser descubiertos, como identificar el pasaporte como «el librito», la ciudad de Nueva York como "las torres", "el restaurante" para referirse a la cocaína o la heroína y si es "buen comedor" para determinar la cantidad de droga que es capaz de cargar en el estómago.
Las estadísticas revelan que desde marzo a octubre de este año en curso los miembros de la DNCD realizaron 45 operativos en el AILA en los que decomisaron 78 kilos de cocaína, 6,475 gramos de marihuana 40.9 42 pastillas éxtasis, 72 unidades de anfetaminas y 458 unidades de otras sustancias no controladas.
Para la prevención los agentes de la DNCD utilizaron unidades caninas entrenadas para detectar estupefacientes, mediante el olfato de maletas y bultos en las zonas de abordaje de pasajeros y en los mostradores de las aerolíneas que operan en el segundo nivel de la terminal.
Igualmente, el personal del organismo que presta servicios en el aeropuerto es movido cada determinado tiempo con el propósito de que no se familiarice con las personas que hacen vida en ese lugar y de esa manera prevenir que se involucren en esa actividad.
El trabajo de los oficiales de control de drogas se fundamenta en observar cuidadosamente el perfil de los pasajeros. Se puede ubicar fácilmente a un viajero cuando lleva droga por las características, comportamiento y gestos que hace al moverse.
Así como por presentar un perfil sospechoso, según explicó un oficial que prefirió que su nombre se mantuviera en el anonimato. Una posible “mula” que intenta salir del país por cualquiera de los aeropuertos se puede ubicar por sus características y perfil sospechoso. Explico el oficial.
Dice que suelen ser individuos que presentan una actitud nerviosa y agresiva, que se muestran casi siempre renuentes a que se les lleve a las máquinas de rayos equis. Y a que se le someta a revisiones físicas.
Según las autoridades antidrogas, las “mulas” por lo regular tienen en su pasaporte numerosos sellos de migración de entradas y salidas en un solo mes. Por lo que llaman la atención de los agentes para retenidos e interrogadas y sometidos a revisiones.
Las estadísticas señalan que varios ciudadanos españoles encabezaron la lista de un total de 17 extranjeros apresados en el aeropuerto Las Américas, en el intento de transportar droga a su país de origen.
Los oficiales apuntan que los argumentos más comunes usados por los jóvenes cuando son apresados con drogas en los aeropuertos son que tomaron esa decisión porque estaban desempleados y atravesando por serios problemas económicos.
Regularmente, las mulas llevaban las drogas adheridas al cuerpo, en el interior de brassieres, en bates de béisbol, en bultos, maletas, en figuras artesanales y en latas de vegetales y hasta en sus partes intimas.
Las genialidades de las mulas en su intento por esconder las drogas son dignas de un catálogo, llegando incluso algunas damas a llevarlas en preservativos introducidos en su parte más íntima. Otras aprovechan su condición de madre para introducirlas en los pañales desechables de sus bebés.
Regularmente los dominicanos y extranjeros que son apresados en el aeropuerto Las Américas, como “mulas” proceden de países como Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Chile , Ecuador, Panamá, Curazao, Aruba , Haití, y San Martín.
Mientras que desde el país, pasajeros en tránsito intentan transportar los estupefacientes hacia Estados Unidos y países europeos, como Holanda, España, Italia, y otras naciones donde tienen una gran demanda de consumo y una apreciable cotización en dólares y euros por cada kilogramo.
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