​La resiliencia y la Fe

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Los conceptos que sirven de título a este escrito, son temas de interés tanto de estudiosos del comportamiento humano, así como también de líderes religiosos.


Ambos términos han sido utilizados en diversos contextos; sin embargo nunca como hoy se había hecho tan necesario la puesta en práctica de dichos constructos.


Me permito con la anuencia de cada uno de ustedes, presentarles mi punto de vista sobre la trascendencia que tiene en nuestra vida la puesta en práctica de estas dos herramientas de fortaleza, que hasta cierto punto se convierten en armas de vital importancia para la sobrevivencia, sobre todo en tiempos de crisis e incertidumbre.


La palabra resiliencia se refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada. También indica volver a la normalidad. Resiliencia es un término que deriva del verbo en latín resilio, resilire, que significa "saltar hacia atrás, rebotar".


Sobrellevar y superar las adversidades de la vida, como es el caso de tener un ser querido padeciendo de una enfermedad terminal, o la pérdida de un familiar en un accidente o muerte repentina, produce un gran sufrimiento pero, a la vez, nos puede hacer crecer interiormente y, a menudo, modificar nuestra escala de valores y prioridades.


Esa capacidad de sobreponerse a situaciones adversas y obtener de ello un mejor autoconocimiento y aprendizajes de vida es característica de una persona resiliente.


Las posibilidades de que una persona pueda superar las dificultades, estará determinada por la capacidad de autoayuda y de inteligencia emocional que posea. Lo cual acompañada de la fe permitirán, entender la realidad y gestionar las soluciones a cada situación.

La fe es pues, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.


A partir del significado de estos términos, es necesario reconocer que no hay resiliencia sin fe. Pues cuando llegan las circunstancias adversas, el espíritu necesita alimentarse de una fe inquebrantable, la confianza en Dios de que todo obra para bien y que después de las pruebas llegarán grandes bendiciones. Es entonces cuando logramos reponernos y continuar adelante con la determinación de no dejarnos derribar; es cuando podemos decir que somos resistentes.


Tal cómo dice el libro de la sabiduría: la Biblia, en Salmos 34:19 Muchas son las aflicciones del justo. Pero de todas ellas le librará el señor.

Para concluir dejaré abierta la sigue cuestión: en cuál dimensión del ser residen estos dos valores humanos?

Dios al control

#Nos Volveremos A Abrazar

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