Deserción escolar en niños y adolescentes un problema preocupante en RD.

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La educación es un derecho fundamental que permite el desarrollo personal y social de los individuos. Sin embargo, la exclusión educativa sigue siendo un problema en muchos países. Según las estadísticas, el 6 % de los niños entre 6 y 11 años no asiste a la escuela, mientras que la cifra aumenta al 10 % en el grupo de 12 a 14 años. Este fenómeno responde a diversas causas y trae consigo serias consecuencias tanto para los niños afectados como para la sociedad en general.


Causas de la Deserción Escola


Existen múltiples factores que explican la falta de acceso a la educación en estas edades. Una de las principales causas es la pobreza. Muchas familias enfrentan dificultades económicas que les impiden costear materiales escolares, transporte o alimentación adecuada para sus hijos. En algunos casos, los niños se ven obligados a trabajar desde temprana edad para contribuir al sustento del hogar, lo que les impide asistir a la escuela de manera regular.


Otro factor determinante es la falta de acceso a instituciones educativas cercanas, especialmente en zonas rurales o marginadas. La ausencia de infraestructura escolar adecuada y la escasez de docentes capacitados pueden desmotivar a los niños y a sus familias a continuar con el proceso educativo.

Asimismo, problemas familiares como la violencia intrafamiliar, el abandono parental o la migración forzada pueden influir en la deserción escolar. Un ambiente inestable en el hogar impacta negativamente en el rendimiento académico y en el interés por asistir a clases.


Por otro lado, la calidad educativa también juega un papel crucial. Programas escolares poco atractivos, falta de apoyo pedagógico y métodos de enseñanza poco inclusivos pueden generar desinterés en los estudiantes, lo que aumenta la probabilidad de que abandonen la escuela antes de completar su formación básica.


Consecuencias de la Falta de Escolarización


Cuando un niño o adolescente no asiste a la escuela, se generan efectos negativos tanto a nivel individual como colectivo. En primer lugar, la deserción escolar limita el desarrollo de habilidades cognitivas y sociales necesarias para la vida adulta. Sin educación formal, los niños tienen menos oportunidades de acceder a empleos bien remunerados en el futuro, perpetuando así el ciclo de pobreza en sus familias.


Además, la falta de escolarización está relacionada con un mayor riesgo de caer en el trabajo infantil, la explotación laboral y la delincuencia juvenil. Sin un entorno educativo que les brinde orientación y oportunidades de crecimiento, muchos menores pueden verse involucrados en actividades ilícitas o en condiciones de vulnerabilidad extrema.


A nivel social, la deserción escolar afecta el progreso de un país, ya que una población con bajos niveles educativos limita el desarrollo económico y social. Un menor acceso a la educación se traduce en una fuerza laboral menos calificada y en mayores índices de desigualdad y exclusión social.


Posibles Soluciones


Para combatir este problema, es necesario adoptar estrategias integrales que aborden sus causas desde diferentes ámbitos. En primer lugar, los gobiernos deben fortalecer las políticas de educación gratuita y obligatoria, asegurando que todas las familias tengan acceso a recursos y materiales escolares sin costos adicionales.


Asimismo, es fundamental mejorar la infraestructura educativa, especialmente en comunidades rurales y marginadas. La construcción de escuelas cercanas y la capacitación de docentes pueden facilitar el acceso y mejorar la calidad de la enseñanza.


También es importante implementar programas de apoyo económico para familias en situación de vulnerabilidad, de modo que los niños no se vean obligados a trabajar en lugar de estudiar. Becas, alimentación escolar y transporte gratuito pueden marcar una gran diferencia en la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo.


Finalmente, se deben desarrollar campañas de concienciación sobre la importancia de la educación, dirigidas tanto a las familias como a los propios estudiantes. Promover un ambiente escolar inclusivo, con metodologías innovadoras y apoyo psicológico, puede motivar a los niños y adolescentes a continuar con su formación académica.


En conclusión, la deserción escolar en niños y adolescentes es un problema que requiere atención urgente. Sus causas son diversas, pero con un enfoque integral y políticas adecuadas, es posible reducir la cantidad de menores fuera del sistema educativo. La educación es la base del desarrollo individual y colectivo, por lo que garantizar su acceso y permanencia debe ser una prioridad para cualquier sociedad.


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