El presupuesto educativo más que una inversión o un gasto en nuestro país, representa una apuesta.
Lo anteriormente planteado se sostiene en la idea de que la inversión en educación es una forma de fortalecer el sector educativo, pero, lamentablemente no garantiza la mejora en la calidad de esta. Es posible que este acontecimiento se deba a las estrategias de administración en los centros educativos. Aunque el problema de educación abarca
muchos otros factores, teniendo la parte económica “ya resuelta”, se espera que la calidad educativa mejore significativamente.
Sin embargo, el hecho de que una inversión requiera posteriores acontecimientos para su funcionalidad (distribución, toma de decisiones, administración, dedicación, supervisión, etc.) es precisamente la razón por la que el presupuesto educativo
representa más bien una apuesta. El resultado de esta apuesta es lo que determinará si fue un gasto o una inversión. Tal es el caso, por ejemplo, de la provisión de uniformes, elemento que se tomó en cuenta en el estudio realizado por Caraballo, E., et. al. sobre la calidad de los gastos educativos, en el que se explican las oportunidades de mejora “en cuanto a la priorización, pertinencia y eficacia del gasto” debido al nivel de ejecución bajo en relación con lo presupuestado por el INABIE (RD$567 millones presupuestadosvs. RD$104 millones ejecutados).
Por supuesto que el presupuesto del sector educativo es absolutamente necesario. Si me enfoco en los cambios habidos en las últimas décadas, me doy cuenta de cómo esta financiación ha favorecido al sector educativo por ejemplo, por el alcance que ahora tienen los estudiantes a la educación primaria y secundaria, la cantidad de centros educativos construidos, la alimentación escolar, la generación de empleos, el incremento de sueldos, etc. ¿Pero, y si damos un vistazo a los resultados? Cantidad no representa necesariamente calidad (aunque si conoces de lotería, seguramente estarás pensando“mientras más elementos abarco, más posibilidades tengo de atinar”). Entonces, ¿inversión, gasto o apuesta?
La constante supervisión en la administración de los recursos educativos es una granalternativa para mejorar esta situación, yo incluiría estudios de calidad del gasto en todos los niveles, que se continúe del accionar frente a los resultados para garantizar su funcionalidad. La gestión de los recursos educativos garantizaría mejores resultados silos administradores redujeran los gastos que aportan menos al logro de los objetivos educativos, y se incrementaran dichos gastos a los que sí contribuyen a dichos alcances. La planificación del presupuesto educativo es un elemento esencial para este sector, pero no menos cierto es que, una mala distribución infiere fallas en el alcance de los objetivos educativos y es esta deficiencia la que provoca que este gasto, más que una inversión, me parezca una apuesta.
Autora: Débora Tapia Betances
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