Por Onofre Salvador Fulcar
Recuerdo, hace unos años, específicamente a finales de los 80s, época en la que junto a otros compañeros nos formabamos en los magníficos círculos de estudios, las puntualizaciones en torno a los procesos políticos, comprensión de sus etapas, tal como aquello de no adelantarse, mucho menos quedarse atrás, sino entender cada momento y comportarse acorde con sus requerimientos.
Hoy, luego de poco más de tres décadas, aquellos planteamientos, expuestos de forma brillante por el insigne maestro, profesor Juan Bosch, siguen teniendo vigencia por nacer de la profundidad de sus estudios y connotada experiencia.
Dicen por por ahí, que no debemos perdernos en lo claro, mucho menos caer en las trampas emotivas. Todo esto, a propósito de lo que algunos compañeros pueblistas y otros que no lo son, están mostrando con relación a Omar Fernández, hijo del expresidente y guía de la Fuerza del Pueblo, doctor Leonel Fernández.
Son innegables las condiciones políticas del Joven senador, de igual modo su gran carisma, sin embargo, intentar contraponerlo no contra su padre, sino, adelantarlo en una candidatura presidencial, sería correr riesgos innecesarios, además de impedirle que continúe creciendo y quemando etapas.
Mirando un tanto desde la parte interna y, naturalmente, desde el ángulo externo, es fácil darse cuenta que es una especie de estrategia política que ponen en práctica los contrarios, con la aviesa intención de fragmentar el voto entre padre e hijo. Verlo así, sería una evidente jugada de debilitar el notorio empuje y posibilidades de triunfo del Partido Fuerza del Pueblo en los comicios del año 2028.
Me inscribo entre los mayores admiradores de Omar, a partir de ver su crecimiento político vertiginoso. Sus condiciones son excepcionales, no hay duda al respecto; está bien enfocado, evidentemente, las intrigas tienen origen en otro lado.
Otro aspecto contrapuesto a eso, lo constituye la maravillosa relación entre padre e hijo, a lo que se agrega el trabajo político herméticamente unido entre ambos, lo que permite y permitirá en cada momento, la estrecha colaboración entre ambos en el más amplio sentido de la palabra.
Hay que seguir trabajando, pero al mismo tiempo, entender cada proceso, coyunturas y demás, aspectos que evitarían posibles errores con un elevado costo político.
León y cachorro están en excelente momento; de acuerdo a la experiencia y madurez de cada uno, entonces, no hay necesidad de apresurarse o desesperarse, menos aun, caer de manera tosca en el visible anzuelo de los adversarios.
Para recibir nuestras noticias o hacer denuncias, escribanos al correo diarioelmatero@gmail.com o al Whatsapp 829 232 5283
Escribe tu comentario